No hace falta decir que la infidelidad se puede comparar con una especie de veneno violento para la relación romántica que normalmente debe seguir y mantener su propia armonía exclusiva como pareja, entonces querer compartir su amor con otro generalmente no es sentido como completamente positivo hacia el que sufrirá las consecuencias al verse así desposeído en parte de un amor concebido y sentido como único, recíproco y sin compartir.
Relaciones de pareja, infidelidades y su punto de partida
Es con esta íntima convicción de que, por el contrario, cualquier dilución de este amor lo pondrá en peligro para siempre, que la reacción comenzará inmediatamente sin consideración.
Entonces, a menos que seas un seguidor de la poligamia o la poliandria, o incluso seas una de esas parejas swingers donde el el amor físico no tiene arraigo en su relación sentimental, hay que entender que la infidelidad será efectivamente prohibida y combatida si resulta que se convierte en una realidad conocida.
Porque no olvidemos que para que haya infidelidad todavía es necesario ser consciente de ella o de la prueba formal y no de unos supuestos evasivos que conducen a unos celos paranoicos infundados pero destructivos. Y si ese fuera el caso, entonces sí, el legítimo sentimiento de celos podría ser un poderoso motor para tratar de evitar bromas románticas, o peor aún, un engaño mucho más serio que puede desembocar en una ruptura.
Las relaciones se pueden salvar siempre con ayudas de amor
Es sobre todo en reacción que se empieza a actuar, por deseo, por necesidad o por necesidad y esto en casi todos los campos, es lo mismo en el amor y ciertamente más aún ya que este sentimiento complejo conecta todos los aspectos. vida en común, es además sin duda una comunión de espíritu y de participación en su sentido más aceptado por la mayoría de los individuos pero también lo que lo convierte en un acto sagrado. Consulta con Alicia Collado para lograr ese amor que tanto deseas.
Relación sentimental
Estar en pareja o vivir en una relación sentimental representa, por tanto, en cierto modo, un contrato moral entre dos personas que consienten con las mismas aspiraciones en un contexto común donde se ejercerán derechos y deberes recíprocos, por tanto, hay reglas a seguir aunque no estén formalmente escritas pueden permanecer tácitas a sabiendas, incluso para algunas parejas quedan inscritas en la dualidad de su inconsciente.
Es precisamente la alerta de “que algo está pasando” lo que despierta la sospecha de que ese algo no va en la dirección correcta, que la relación está potencialmente en peligro, que de repente sale a la luz al mismo tiempo.
En el mundo secular, es decir en la mayoría de casos comunes que se presentan, es el método equivocado en reacción inmediata y directa el que se implementará y conducirá al fracaso, por lo tanto es preferible actuar con una visión más esclarecida y sutil, la de los iniciados que conocen por experiencia el rumbo a seguir con sus etapas a veces discretas o incluso ocultas para llegar a un objetivo muy claro: acabar con las infidelidades y proteger la relación de pareja para recuperar la armonía.
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